Vamos a tomar dos conceptos relacionados tanto con las tradiciones orientales como con la cultura pop del cine de finales de los 90s. Una visión ecléctica que toma cosas de ambos mundos.
Por un lado el Samsara o la rueda de las reencarnaciones representa el ciclo de vida-muerte. La vida es reencarnación.
Desde el cine podemos entender la matrix como la experiencia de simulación sensorial que representa una realidad limitada, programada, diseñada. La realidad es simulación.
Foto: archivo personal
Una interpretación metafórica (de las múltiples y personales que se pueden hacer) es el carrusel como matrix-samsara. Representa un movimiento cíclico que se repite una y otra vez, que al igual que los loops dan sensación de movimiento. Simula lo real, permite experimentar sensaciones, pero no es la realidad. Los caballos son representaciones. A un nivel sabemos que no es real, pero queremos vivir la experiencia, sentir las sensaciones. Hacemos como si...
Aparentemente podemos ir adelante de alguien en esa carrera, o al lado, o atrás. Unas veces arriba, otras abajo con el típico movimiento del caballo.
De hecho está lleno de luces, colores, música y espejos, que nos permiten vernos y reconocernos a nosotros mismos en medio de la experiencia. Así como los espejos nos reflejan, también en trasfondo reflejan el exterior. Nos permiten vernos en contexto con el exterior.
Aunque tiene una duración limitada, se puede repetirla una y otra vez. Simula avance, pero en realidad no se mueve del sitio. Podemos continuar desarrollando la metáfora hasta donde sea coherente y funcional, permitiéndonos realizar comprensiones.
Una pregunta es ¿Cómo salir de la Matrix-Samara?
Referencias externas:
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